El cartel del Aperitivo Rossi es con toda probabilidad el último cartel publicitario de Ramon Casas, editado en 1927 por la Imprenta Thomas, cuando el artista barcelonés contaba con 61 años. A continuación veremos como un selecto grupo de grandes personalidades, con un talento de reconocido prestigio universal, estuvieron relacionadas con una de las marcas vitivinícolas más famosas: La Martini & Rossi.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII Alessandro Martini y el maestro artesano Luigi Rossi, junto a Teófilo Sola, se aliaron para crear un vermut en los valles del Piamonte, que destacaría por diferenciarse del carácter amargo típico de aquellos vermuts piamonteses, dotándole de un sabor más dulce y suave, con una mezcla de ingredientes que lo harían agradable para la mayoría de consumidores. Así, en 1865 el “Martini Rosso” inició una prometedora trayectoria internacional obteniendo su primer gran premio internacional en Dublín.
De hecho el vermut se erigió para muchos en la bebida del siglo XIX. Y fue, durante los primeros años del siglo XX cuando se popularizó en los ambientes de ocio de las principales capitales europeas[1]. Es necesario recordar que en 1897 la reina regente doña María Cristina de Habsburgo otorgó a la fábrica turinesa el título de “Proveedor de la Casa Real Española”. Al poco tiempo la marca italiana abriría mercado en España a través de un centro de importación y embotellado que dirigiría Flaminio Mezzalama.
Mezzalama fue un reputado y reconocido hombre de negocios, nacido en Villata Vercellese(Piamonte). Se licenció en letras italianas e inmediatamente se dedicó al comercio. En 1893 inició su relación con Martini & Rossi y se estableció en Barcelona para implantar y dirigir la fábrica de la firma piamontesa. Sabemos por la prensa que su madre, Costanza Bosazza eCoppa, y sus hermanos Adele, Fernando y Cesare se trasladaron también a la capital catalana. En uno de los artículos dedicados a su figura se le describe con un “carácter abierto, franco, leal, culto, educado y de refinado gusto artístico (…)”[2].
A partir de 1902 Mezzalama desempeñó el cargo de Delegado General para la Exposición Internacional Vinícola, olería y de conservas alimenticias de Turín. Desde su despacho de la Plaza de Catalunya[3]ejercía de enlace y aportaba información a las empresas que participaron en el certamen. Adicionalmente representó a los productores españoles no sólo en la Exposición de la capital piamontesa, también desarrolló este cargo en las posteriores de Viena (1903), Atenas (1904) y Lieja (1905).
Flaminio Mezzalama no sólo se dedicó a engrandecer la fama de Martini & Rossi en la Península ibérica. En Turín era accionista de Il Vetro, fábrica de todo tipo de botellas de cristal. También fue gerente de la milanesa Zahn en Barcelona, donde se especializaron en la confección de corbatas. Y socio de la fábrica Estrader, Mezzalama y Cía. que elaboró el exquisito Chocolate Torino.
Como consecuencia de su arraigamiento con la ciudad condal y el territorio, a finales de 1902 Mezzalama fue uno de los pocos empresarios que donó algunos productos de su empresa para erradicar la fiebre tifoidea que se había originado en Santpedor[4]. Al siguiente año, mientras se realizaban varias reuniones para la Exposición de Atenas, Mezzalama fue, nuevamente, uno de los 33 empresarios que donó aportaciones dinerarias para sufragar los gastos de transporte de los productores españoles que concurrían a la exposición, debido a que el gobierno en Madrid había decidido desestimar la subvención a tal efecto. Se recaudó una suma total de 1.580 pesetas, siendo Mezzalama el que más importe donó con 250 pesetas.
En 1901 Mezzalama abrió el primero de los establecimientos Torino, en la calle Escudillers, motivado principalmente para tener un local donde los consumidores pudieran conocer y degustar el vermut Martini & Rossi. Actualmente el local conserva el revestimiento y los arcos de entrada de madera, así como parte de la decoración interior[5].
Al año siguiente, aquel primer Torinose convirtió en el Petit Torino. El nuevo Torino, se erigiría como un establecimiento de referencia donde aquella clase burguesa de principios del siglo XX era asidua y se dejaba ver. Se construyó en el Paseo de Gràcia, 18, haciendo esquina con la Gran Via de Barcelona. Mezzalama volvió a encargar la decoración del nuevo Torino a Ricard de Campmany, quien ya había trabajado en el primer local de la calle Escudillers.
Campmany decoró el nuevo Torino con los mejores arquitectos del momento: Antoni Gaudí, Josep Puig i Cadafalchy Pere Falqués. A este último se le encargó el proyecto de la marquesina exterior. Puig i Cadafalch se ocupó del techo y el salón-comedor, destinado a celebraciones privadas, fue un trabajo realizado por Antoni Gaudí. Aquel salón privado se le llamó Salón Árabe por su evidente ornamentación decorativa; en éste las losetas se confeccionaron con cartón prensado y posteriormente barnizado, con lo que se consiguió un efecto que imitaba a los azulejos. El conjunto se convirtió “en una inmensa taza de mayólica, de tonalidades claras y relucientes, en las que se quiebra la luz de las preciosas lámparas de vidrio de Murano”. Las losetas fueron fabricadas por Hermenegild Miralles y con ello, Gaudí volvió a demostrar los principios de simplicidad, economía y ergonomía que desarrollaría en el conjunto de su obra.
Mezzalama no escatimó en gastos. Los mejores artesanos y proveedores fueron los encargados de dotar de vida y gran belleza a aquel local que hacía esquina con las dos grandes avenidas:
El Monumental mostrador de mosaico se trajo expresamente de Venecia.
Masana y Buzzi: Escultura en piedra tallada
Calonge e hijos: Arrimaderos y talla de madera
Masriera y Campins: Lámparas de bronce
Ricard Urgell: Paneles decorativos
Jaumell y García: Pintura mural
Hordalba y Cía: Vidrieras
Ballarín: Hierro forjado
Órsola y Sola: Mosaicos
Thonet: Sillería
Hijos de Ignacio Quintana: Mesas
El Café Torino se inauguró en septiembre de 1902. La extraordinaria amalgama de aquellos arquitectos, artistas y artesanos se vio recompensada en sus inicios con el diploma al mejor establecimiento de la ciudad que otorgó el Ayuntamiento de Barcelona. Un premio que era una auténtica joya, cuyo pergamino estaba ilustrado por Francesc Mirabent i Soler. La obra, enmarcada en bronce, fue obra de los talleres de Masriera y Campins.
Mezzalama continuó promocionando su afamado local y los productos que se consumían en el Torino. Al año siguiente de ser laureado por el Ayuntamiento, la Asociación Club Football acordó la celebración de los primeros derbiesentre el Barça y el Espanyol, con los enfrentamientos “Copa Macaya” y “Copa Torino”.
En 1906 el Instituto Obrero Graciense otorgó a Mezzalama el título de socio protector y honorario. En 1907 Mezzalama fue elegido vocal en la junta de la Liga de Defensa Industrial y Comercial. En 1909 Mezzalama también entró en la junta de la Sociedad de Atracción de Forasteros[6]. Asimismo, fue responsable de varias “expediciones” de turistas italianos a Barcelona.
Mezzalama prosiguió participando en causas solidarias. Así, se sabe por ejemplo, que en el Torino se podían recoger invitaciones para la corrida de toros que se celebró en el Toril[7]a beneficio de la Cruz Roja[8]. También el despacho de Mezzalama fue centro de acogida para las ayudas por los damnificados por los terremotos de Sicilia y Calabria en 1909.
La esplendorosa trayectoria de Mezzalama en Barcelona se quebró abruptamente con su muerte en julio de 1911. Y como ocurre con el patrón y su embarcación, la luz del Torino desaparecería junto a la de su propietario.
El Torino dio paso a la Casa Esteva. El local sirvió como sala de exposiciones y venta de objetos artísticos, hasta 1933. Año en que el arquitecto Josep Lluís Sert proyectó bajo los conceptos del Movimiento Moderno la Joyería Roca[9]. El nuevo local que defendía el racionalismo, la estandarización y el uso de materiales funcionales se inauguró el 20 de enero de 1934. En 1936, de nuevo el Ayuntamiento de Barcelona le otorgó al local el Premio al Mejor Establecimiento.
El devenir de Martini & Rossi no fue el mismo que el Torino. Las iniciativas tomadas por Mezzalama en el campo de la sponsorización se repitieron periódicamente. Por poner otro ejemplo, no mucho tiempo después Martini & Rossi patrocinaría el Campeonato de Natación de Invierno entre el club Athletic y el Barcelona. Para poder inscribirse se debía acudir al local de Rambla de Catalunya, 67[10].
Fue entonces cuando entró en juego otro gran nombre que el devenir de los años ha intentado borrar: Los Molist. Hasta el estallido de la Guerra Civil Española, Barcelona fue la cuna de un incipiente y próspera industria automovilística. Por citar sólo dos nombres, las prestigiosas Hispano-Suiza (1904) y Elizalde (1908) nacieron en el seno de la ciudad condal, dotando a Barcelona de un prestigio y fama internacional[11]. Debido a las más de 40 fábricas de coches, la capital catalana fue considerada el Detroit mediterráneo.
Durante aquellos años de principios del siglo XX, la industria de la automoción ya demostraba necesaria la existencia de varias industrias paralelas. Sin ir más lejos, cuando se entregaba el vehículo al cliente, se hacía con el chasis y el volante, para que posteriormente se llevara a un carrocero, que lo acababa de “vestir”, según las necesidades y gustos del propietario. Ya entonces los coches se customizabany se erigían como vehículos únicos. Los carroceros más prestigiosos del momento fueron Paco Abadal[12]y Juan Molist.
Molist había sido premiado con medalla de oro en la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Durante sus años de auge como carrocero, vistió y adaptó los vehículos a motor que repartían los productos de Martini & Rossi.
Fue el periodo en el que se encargó a un más que reputado y premiado Ramon Casas para que realizara el cartel que anunciara el Aperitivo Rossi. Santi Barjau explica que el AperitivoRossi, una de las variedades de los productos de la marca piamontesa,se empezó a anunciar en la prensa en 1925 y al año siguiente se distribuyó un calendario para 1927 “Con una elegante figura de Ramon Casas”. Se trata de una última demostración de la calidad con la que los talleresThomas sabían reproducir fielmente los dibujos originales del artista bajo la técnica de la fototipia. La elegante figura femenina estaba representada sentada, con ambas manos sujetando botella y vaso del Aperitivo Rossi. Ataviada con vestido escotado palabra de honor y la falda de tono azulado, rematada con volantes a la altura de los tobillos.
Thomas, uno de los mejores talleres especializados en fototipia, editó años después, en 1935, un álbum de publicidad de 48 páginas para Martini & Rossi, con las cubiertas impresas en dorado y azul y decoración geométrica. En el interior se publicaron las 6 variedades de productos, entre los cuales el Aperitivo Rossi, que había inmortalizado años atrás Ramon Casas, así como un compendio de la elaboración del vermut y varias imágenes dedicadas a la Cultura y el Arte.
Gabriel Pinós
[1]No es gratuito pues, que la ciudad de Reus se catapultara en el panorama internacional, conformando el conocido eje Reus – París – Londres. La excelente calidad de la producción de cereales y la avellana en el campo de Tarragona, junto a la creación de nuevas y modernas destilerías dotaron a la capital del Baix Camp en una de las tres ciudades europeas donde se fijaba el precio del aguardiente.
[2]Casanovas, F. Album Salon. Ed. Hermenegildo Miralles. Barcelona, 1904 “El establecimiento Torino”
[5]Si desea visitar un restaurante con encanto y una mezcla de propuestas informales con correcta relación calidad-precio escriba en su buscador Grill Room. En el exterior que he comentado todavía se puede ver el toro rampante de Turín, emblema de la ciudad piamontesa.
[8]Previo al acto cruento se celebró un matchde futbol, actuando como teloneroel Club de Fútbol Barcelona.
[10]Se mantuvo el despacho y teléfono de Mezzalama. Las bodegas de Martini & Rossi se encontraban en el almacén de Sant Martí de Provençals. Además de la de Barcelona, las sucursales de Martini & Rossi se encontraban en Marid, Bilbao, Gijón, Ginebra, París, Niza, Londres, Nueva York, Marsella, Bruselas, La Haya, Burdeos, Buenos Aires, Hong-Kong y Shangai.
[11]El primer vehículo deportivo de la historia del automóvil, con carrocería de aluminio salió de la fábrica de la Hispano-Suiza, apodado “La sardina” en 1914.
[12]Paco Abadal fue compañero de aventuras ciclistas de Ramon Casas y posteriormente apasionado de la auomoción, carrocero y representante de la Hispano-Suiza, así como de las marcas norteamericanas Buick y Hupp.