ILUSTRACIONES EN EL GATO NEGRO
Con el paso de los años su estilo evolucionó y tenemos pruebas de ello en El Gato Negro. Dirigida por Carlos Ossorio y Gallardo (1864-1921), periodista y escritor que colaboró en numerosas publicaciones de la época como El Noticiero Universal o La Ilustración Española, en ella hallamos unos dibujos más realistas y sintéticos que se aproximan al estilo que desarrollaría en Pèl & Ploma. Para esta revista realizó la portada del número 2, publicado el 21 de enero de 1898, donde aparece una mujer encima de un burro junto a un campesino y con la montaña de Montserrat al fondo. Casas, fiel a su estilo, presentó una composición con los contornos bien definidos en los que supo captar la escena de manera rápida, pero sin renunciar a incluir algunos detalles y realzarla con notas de color. Mucho más interesantes resultan las dos ilustraciones que hallamos en el interior de este número, para el que cedió dos retratos de Miquel Utrillo Morlius (1862-1934) que acompañaban al texto de Ossorio Gallardo titulado «El cuarto de hora». La historia explica la vida de dos hermanos, Rómulo y Remo, de carácter bien diferente. Mientras uno vive de manera pasiva esperando lo que la vida le ofrezca, el otro no permanece quieto y trabaja incansablemente para conseguir sus objetivos. Para la primera parte de la narración, se escogió un retrato de Utrillo descansando en un balancín, despreocupado, sin ganas de hacer nada y mirando fijamente el reloj de bolsillo. Para el otro, decidieron incluir un retrato del catalán trabajando y redactando uno de los numerosos estudios que publicó a lo largo de su vida.
Para la misma publicación realizó un dibujo de temática ciclista que acompañaba una historieta en la que se alababan las vistas y paisajes que podían verse al salir de paseo con la bicicleta. En él captó a la perfección la moda del sportsman, implantada en Cataluña a finales del siglo xix, así como también fue capaz de plasmar la moda masculina del momento en Apunt d’home elegant, amb l’abric al braç, passejant [Apunte de un hombre elegante, con el abrigo en el brazo, paseando] que se publicó en las páginas de Madrid Cómico en el año 1898. De esta manera, se convertía también con sus apuntes en un cronista social de las modas imperantes del fin de siglo.
Sebastià Sánchez Sauleda.