La producción de Casas de temática ciclista se prolongó durante 1898 y fulgurantemente en 1899, como si se tratara de un sprint que parecía presagiar el relevo de la modernidad del velocípedo al automóvil. En 1898, el artista publicó una ilustración en la revista El Gato Negro. Con el título de ¡Oh, el ciclismo!, se veía medio cuerpo desde la cintura de una ciclista vestida con bloomers, seguida por un ciclista masculino en su persecución y, al fondo, un carruaje tirado a caballo circulando en dirección contraria. Existen variaciones de colorido entre el dibujo original y el publicado. A pesar de tener la obra mayor variedad cromática, en la reproducción impresa del dibujo solo se servía del verde y amarillo para colorear la obra, aprovechando este último color para rellenar de rayas amarillas el jersey del ciclista masculino, un jersey típico en la indumentaria ciclista de finales del siglo xix.
Los dos dibujos originales mostrados junto a estas líneas, firmados por Ramon Casas, muestran variaciones cromáticas sobre un mismo tema. En la franja inferior, otros dos dibujos de Casas de temática y composición similar, publicados en prensa. En ambos la dama pedalea, probablemente, sobre uno de los femeninos de la marca francesa GLADIATOR.
(Franja superior) Una ciclista. Carboncillo y tinta sobre papel, 1899.; Una ciclista. Tinta, gouache y tinta polvoreada sobre papel, 1899.
(Franja inferior) Nuestras ciclistas. Ilustración publicada en la revista Madrid Cómico, 27 de agosto de 1898.; Nota ciclista. Ilustración publicada en la revista Hispania, 15 de junio de 1899.
El título y la composición podrían representar una alegoría de las virtudes de este nuevo deporte, pero nada más lejos de la realidad: el pie de foto vino a aclararnos el doble significado que quiso darle el editor: «—¡Son una delicia las expediciones velocipédicas! ¡A cada paso se ofrecen á nuestra vista espléndidos panoramas!…»
El mismo año también aparecía una ilustración de Casas publicada en Madrid Cómico y titulada Nuestras ciclistas, en la que se veía en primer término a una ciclista sobre su montura, con las ruedas parcialmente tapadas por el límite físico de la composición. En ésta, la mujer llevaba el pelo recogido, un canotier y vestido largo hasta los tobillos, sobre la que parecía que era una gladiator de cuadro femenino y doble barra diagonal. Seguramente fue el mismo modelo de bicicleta que utilizaría para la ilustración de la revista Hispania, sencillamente titulada Nota ciclista. Este dibujo parecía tener unos trazos más definidos que el anterior, aunque la indumentaria de la modelo femenina fuera muy similar, salvo por el color verde oscuro frente al claro o blanco de la publicada en la revista madrileña.
Junto a estas líneas, imagen de una mujer elegante conduciendo un triciclo motorizado. Casas se adelantó a su tiempo mostrando figuras femeninas como protagonistas en aquellos ámbitos que por entonces estaban reservados al público masculino, como es el caso de los vehículos a motor.
Mujer en triciclo. Tinta, acuarela y gouache sobre papel, 1900 (probablemente realizado durante su estancia en París).
Gabriel Pinós Guirao