La agregación de los pueblos ayuda a recaudar más impuestos a Barcelona, que entre otros gastos se suma la cantidad que se tiene que destinar a mantener la campaña para defenderse de la revuelta independentista que se produce en Cuba, la cual se acentúa desde el año 1895 con una guerra civil. En España crece un sentimiento de defensa de la integridad nacional hacia los cubanos y la metrópolis envía una gran cantidad de soldados, muchos de leva, a luchar contra los rebeldes. Esta situación provoca gran cantidad de quejas de la población, debido a que son muchas la familias que se ven obligadas a enviar a sus hijos a la guerra
Ramon Casas capta un embarque de 1.482 soldados que sucedió el 8 de marzo de 1895 a través de unos dibujos preparatorios y un óleo. El mallorquín Valerià Weyler Nicolau, retratado por Casas años después, presencia este embarque multitudinario desde el puerto de Barcelona. Posteriormente, a principios del año 1896, es nombrado capitán general de Cuba para intentar vencer a los rebeldes, pero después del asesinato del presidente español Antonio Cánovas del Castillo, en octubre de 1897, es substituido. Entre otros hechos, Weyler ordena la concentración de los campesinos en poblados cerrados, medida que se traduce en una gran mortalidad. Gracias a la montaña de Montjuïc que aparece pintada por Casas, podemos situar la ubicación del puerto de embarque.
[Arriba] El embarque de tropas. Óleo sobre tela, 1896
La obra mostrada en esta doble página ilustra la escena del embarque de tropas españolas hacia la Guerra de Cuba, que se produce en el Puerto de Barcelona, con la montaña de Montjuic al fondo. Ramon Casas muestra como los soldados, cargados con todo tipos de enseres -incluso una guitarra- avanzan en una misma dirección siempre bajo la atenta mirada de los guardias civiles a caballo.
[Abajo] Embarch de tropa. Estudio publicado en La Ilustració Catalana, 29 de marzo de 1904
El dibujo mostrado encima de estas líneas es el preparatorio de la obra El embarque de tropas mostrado en la página anterior, donde Casas dibuja los barcos que deben llevar las tropas a la Guerra de Independencia de Cuba.
Como anécdota destacamos que en 1897, en el antiguo pueblo de Sant Andreu de Palomar, ahora Barcelona, nace la barriada que actualmente se conoce como Indians [Indianos], donde todas las calles nos recuerdan a la isla caribeña. Así tenemos los nombres de Cienfuegos, Pinar del Río, Campo Florido, Manigua, Puerto Príncipe, Matanzas, Cuba y La Habana, que se han mantenido hasta la actualidad excepto los dos últimos. Una de estas ciudades, Matanzas, fue en la que vivió durante veintiséis años el padre de Casas y que en uno de los viajes del pintor por América visitó Cuba.
A partir del 15 de febrero de 1898, día en que se hunde el acorazado de la Armada de los Estados Unidos USS Maine en el puerto de La Habana, el conflicto se internacionaliza, ya que este hecho, nunca aclarado del todo, provoca la declaración de guerra contra España. Cabe recordar que se arrastraban tres años de conflicto y España ya tenía bastantes problemas en defenderse de los independentistas cubanos. La Guerra de Cuba finaliza con el Tratado de París de 10 de diciembre de 1898 con derrota española y la perdida de las últimas colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Ramon Casas, igual que había hecho en el embarque, también dibuja el momento de la repatriación y retorno de las tropas a Barcelona.
Desembarco de tropas. Publicado en Pèl&Ploma, 3 de febrero de 1900
Junto a estas líneas, siquiendo cronológicamente la narrativa de la obra El embarque de tropas, Ramon Casas nos presenta a los soldados repatriados de la Guerra de Cuba, derrotados, con la cabeza gacha y dirigiéndose hacia los cuarteles. El vínculo con la escena previa de El embarque se refuerza con ciertos detalles que se repiten, coo la guitarra que lleva un soldado en su retorno en Barcelona.
Jordi Sánchez i Ruiz