Ramon Casas es un experto del retrato. Esto nos lo demuestra la extensa producción que desarrolló durante toda su carrera artística. A partir de todos los catálogos y libros que ya están publicados que tratan la obra de Casas, hemos podido ir descubriendo, poco a poco, más y más retratos de personas que se cruzaron en la vida del pintor. Por desgracia aún pasarán unos años para poder mostrar su totalidad, debido a que hay mucha obra sin identificar o una gran parte que todavía permanece en manos de particulares que no la han mostrado nunca en público y que, por tanto, no ha sido inventariada.
LAS FORMAS DE CLASIFICAR LOS RETRATOS DE CASAS
Esta gran cantidad de obra nos conduce a un dilema: ¿cómo podemos o tenemos que clasificar estos retratos? Lógicamente hay una infinidad de formas de hacerlo. Actualmente, se han inventariado más de cuatrocientas personas retratadas, algunas de ellas con múltiples representaciones. Lo más habitual hasta ahora ha sido clasificarlos cronológicamente o por periodos, pero también se podrían ordenar por la fecha en la que fueron expuestos por primera vez. También existen estudios sobre el material utilizado, como los óleos, las plumas y tintas, los retratos al carboncillo que tanta fama le han dado a Casas, y a veces con un complemento o añadido de color polvorizado, etc.
Como se ha comentado, se podrían describir más formas de clasificar los retratos de Casas, como por ejemplo, el material sobre el que está dibujado, como el papel, la madera, la tela, una carta, etc., o también los espacios o localizaciones donde se han dibujado, el vínculo familiar, de amistad o simplemente la conexión entre el artista y el retratado, las diferencias entre clases sociales o económicas, pero también clasificarlos por oficios o por género. Se tiene que apuntar que la mayoría de los retratados son hombres (excepto sobre todo los familiares) y, además, las mujeres tienen un papel secundario debido a la sociedad machista del momento. Debemos recordar que las primeras elecciones españolas donde se permitió el voto femenino fueron las Generales del 19 de noviembre de 1933 durante la Segunda República. Por tanto, como Ramon Casas muere en 1932, nunca pudo ver a una mujer ejercer el derecho a voto.
Otra forma de clasificación que podemos apuntar de los retratos se centra en lo que vemos en el dibujo; es decir, si se observa el cuerpo entero o sólo la parte superior, los objetos o los animales que aparecen con los retratados, o por contra si no se observa nada alrededor. En alguna ocasión el autor también practica el retrato doble; es decir, dos personajes dentro de la obra, como es el caso del retrato de las hermanas Marion y Barbara Deering, el retrato de las señoritas NN (Àngels y Antònia Puig España), el famoso Tándem o el automóvil donde aparecen Pere Romeu Borràs y el propio Casas, o el retrato del mismo Pere Romeu y su esposa Corina Jáuregui Malgà.
Un punto importante de clasificación nos lo podría apuntar el medio por el cual ha sido publicado o anunciado, o incluso la revista o periódico donde se ha publicado el retrato. Se destacan especialmente las revistas Quatre Gats, Pèl & Ploma y Forma, en las que Casas es el gran promotor y además trabaja y publica constantemente en sus páginas. Tenemos que apuntar que los carteles y anuncios con dibujos publicitarios de Ramon Casas son famosos y, muchos de ellos, son unos retratos con un elemento distintivo que lo convierten en una marca reconocible. El gran personaje tantas veces retratado por Casas es su musa, y después esposa, Júlia Peraire Ricarte.
Otro punto a añadir en los posibles sistemas de clasificación de los retratos nos lo indica el lugar de origen del retratado. Ramon Casas realiza varios viajes al largo de su vida y, por tanto, también la nacionalidad de sus retratados es diversa, como por ejemplo, francesa, inglesa, estadounidense, cubana, argentina, etc. A esta idea tenemos que sumar la posibilidad que sean los retratados extranjeros quienes se desplazaron a la ciudad de Barcelona o a la villa de Gràcia para ser captados por el pintor.
Una amplia galería de personajes públicos de finales del siglo xix y principios del siglo xx posaron delante de los ojos de Ramon Casas, que los retrató. Algunas de estas pinturas se conservan en entidades o instituciones privadas, pero la principal colección permanece en museos, donde hay que destacar la que posee en sus fondos el MNAC. Por suerte, muchos de estos dibujos se conservan en las casas particulares de los hijos o nietos de los retratados, los cuales los mantienen preservados como un tesoro familiar y le dan sentido al motivo por el que fueron ideados; es decir, tienen una connotación afectiva y de recuerdo. En esta línea hay que añadir que una costumbre del pintor Ramon Casas era ofrecer el retrato de los novios en las bodas a las que asistía como invitado. Por ejemplo, tenemos el retrato de Dolors Vidal Ribot que Casas pinta por la boda de su amigo Miquel Utrillo Morlius. Precisamente este enlace se celebra en el monasterio de Sant Benet de Bages, propiedad de la madre del pintor, en el año 1911. Otro ejemplo en este sentido es el de Pilar de Quadras Feliu que se casa con su pariente Delmir de Caralt Puig, socio de la fábrica de Sant Benet e hijo de Àngels Puig España.
Un tercer ejemplo seria el doble retrato del médico Josep Vivó Picasó y su esposa Felícia Huet Bas, alumna de pintura de Ramon Casas. Hay que destacar que Casas fue el padrino de esta última boda que tuvo lugar el 10 de octubre de 1894, donde además en ese momento Ramon Casas era pareja de la hermana de Felícia, Emília Huet Bas.
Jordi Sánchez i Ruiz