En la historia del cartel moderno en Cataluña, se considera que Alexandre de Riquer había abierto el fuego en 1896 con el reclamo de la III Exposición de Bellas artes e Industrias Artísticas, que fue recibido como el introductor del Modernismo decorativo en el cartel catalán.
Luces y Sombras en Els Quatre Gats
La serie de carteles de Ramon Casas se inicia al año siguiente, con Sombras. Quatre Gats, que sirvió para anunciar los espectáculos de sombras chinescas que se presentaban en el local de la cervecería barcelonesa Els Quatre Gats. El cartel presenta en la mitad izquierda una figura femenina con una capa decorada con motivos florales; en el centro, caricaturizados, aparecen Casas y Utrillo con Santiago Rusiñol, Zuloaga y Meifrèn, amigos y habituales del local; mientras que el hostalero Pere Romeu se destaca ante la blancura de la pantalla del teatro de sombras. El cartel, impreso litográficamente por Utrillo & Rialp, está firmado en el lado derecho con los monogramas de Casas y Miquel Utrillo. En efecto, se trata de una obra conjunta entre los dos amigos. Existe un dibujo preparatorio para Sombras, firmado únicamente por Casas, y que contiene todos los elementos de la obra definitiva, incluidos los monogramas, a pesar de que en la ejecución final se encuentran algunos cambios que se han atribuido a Utrillo, como el diseño de la capa de la mujer y la elección de los colores. Desde el primer cartel, Casas ya dedica una atención preferente a la figura femenina, a pesar de que en este caso hay un poco de complejidad en la composición —quizás por influencia de Miquel Utrillo, quien posiblemente también sugirió las características japonizantes—, cosas que no se repetirán en otros carteles de Casas, que se limitan a una figura femenina en un fondo liso.
Sombras. Quatre Gats. Cromolitografia sobre paper. Impremta Utrillo & Rialp, Barcelona, 1897.
Sombras. Carboncillo, clarión y acuarela sobre papel, 1897.
Miquel Utrillo participó en la ejecución del cartel mostrado encima de estas líneas, todo firmante como coautor junto con su amigo Ramon Casas. Al margen derecho de la composición aparecen el monogramas identificativos con las siglas circunscritas de los dos: «MU». y «RG»
En el inicio de la dedicación de Casas al cartelismo debió influir igualmente la facilidad de disponer, en los bajos de su casa, del taller litográfico Utrillo & Rialp, donde imprime los primeros carteles. Casas vive desde 1896 en la casa del paseo de Gràcia, 96, donde se instala el taller de Antoni Utrillo (primo de Miquel) y de Claudi Rialp, activo seguramente hasta 1900. También hay que destacar el clima de efervescencia creado en torno a El Quatre Gats. Y seguramente también fue decisivo el impulso de Miquel Utrillo, que no firmó como coautor del cartel.
La aparición del cartel Sombras, en diciembre de 1897, llamó la atención como objeto digno de despertar pasiones entre los coleccionistas, que poco a poco empezaban a centrarse en este género artístico. Josep M. Jordà, en el diario La Publicidad, considera que es «uno de los mejores carteles, tal vez el mejor, que haya salido de las prensas de Barcelona. (…) Creemos que ha de ser objeto de persecución entre los aficionados y coleccionistas».[1] El juicio es interesante, por la fecha tan avanzada, cuando apenas se estaba creando el concepto del cartel moderno en la ciudad.
El crítico vespertino de La Publicidad, Daniel Ortiz «Doys», también lo comenta irónicamente, en su sección «Chirigotas». De entrada critica el cartel Sombras, pero al final confiesa en secreto que es de los pocos que le gusta.[2] Una semana más tarde, el día de los Inocentes, da una «noticia» sobre la participación conjunta de Ramon Casas y Miquel Utrillo en un concurso de carteles celebrado en la ciudad alemana de Aquisgrán, donde habrían obtenido el séptimo lugar «entre más de doscientos modernistas europeos»; la broma consiste en el hecho que, según su relato inventado, si no hubieran pintado dos mujeres «en pelotitis», quizás les habrían dado el segundo o tercer premio…[3]
Azul, verde, amarillo: los carteles de anís del mono
El 31 de diciembre de 1897, cuando todavía estaba en el aire el impacto del cartel Sombras, aparecían en la prensa barcelonesa las bases del concurso de carteles para anís del mono, en el que Casas obtuvo el que seguramente es el éxito más grande de su carrera. La convocatoria de este primer gran concurso de carteles por parte del industrial Vicenç Bosch buscaba un cartel para anunciar el anís que producía en su fábrica de Badalona y fue el primero, en el contexto catalán, que atrajo a una gran cantidad de participantes, dado que se ofrecían premios más elevados que en concursos anteriores. El propietario de la empresa era el jurado único, de forma que la elección fue totalmente de su gusto. Los proyectos fueron expuestos en la Sala Parés y, según las reseñas de la prensa, tuvieron un gran éxito de asistencia. Los resultados se hicieron públicos en el mes de abril de 1898; Casas fue galardonado con el primer premio y dos accésits y sus carteles fueron muy divulgados.
La producción se debía llevar a cabo a lo largo de 1898. El primer premio, presentado con el lema «Mono y mona» (fondo azul), y el primer accésit, «Con una falda de percal planchá» —título de un chotis muy conocido en la época— (fondo verde), fueron reproducidos en gran formato y a cinco colores, pero también en tamaño más pequeño; el otro accésit, «Dios los cría y ellos se juntan» (fondo amarillo), solo se hizo en tamaño pequeño y también en formato de postal como el resto de proyectos que tuvieron algún galardón.
Pronto disfrutaron de merecida fama en el extranjero. A principios de 1899 ya los encontramos reproducidos en una de las primeras revistas internacionales sobre el fenómeno, The Poster Collector’s Circular,[4] mientras que una relación de precios de carteles aparecida en Album d ’affiches et d ’estampes nouvelles de La Plume,[5] valora cada uno de los dos modelos en 15 francos franceses, cantidad solo superada por dos carteles de Jules Chéret, y muy por encima de lo que se pedía por obras de Toulouse-Lautrec, Steinlen, Bonnard o Mucha (por los modelos de formato pequeño pedían 2 francos).[6] En este valor elevado también influyeron la escasez y la disponibilidad de ciertos carteles extranjeros, muchas veces provocadas por las tiradas cortas y las dificultades en importarlos desde fuera de Francia.
El cartel de anís del mono de fondo azul, ganador del concurso y el más conocido, fue reproducido en varias ocasiones, pintado en las fachadas de muchos establecimientos, también en formato de cartel sobre vidrio y cartel de mayólica. También se fue reeditando en formato de papel; si los primeros ejemplares tienen el pie de imprenta de la casa Henrich y Cía, encargada de su estampación, otros más tardíos tienen el nombre Artes Gráficas S. A. suc. Henrich, que el establecimiento adoptó a partir de 1922. En cuanto al cartel de fondo verde (que inicialmente solo presentaba una manola; el simio fue añadido posteriormente para dar unidad a la serie de carteles), después del primer tiraje de 1898 por parte de Henrich y Cía, también se conoce en una nueva producción por parte de Robert et Cie de París (de 1907 o posterior) y otras de la barcelonesa Rieusset y del taller Carlton, que trabajaba en serigrafía.
- [Jordà, J. M.]. «Hemos visto el cartel…», La Publicidad, 21 de diciembre de 1897 (ed. matutina), p. 2.
- Doys [Ortiz, Daniel]. «Chirigotas», La Publicidad, 21 de diciembre de 1897 (ed. vespertina), p. 1.
- Doys [Ortiz, Daniel]. «Chirigotas», La Publicidad, 28 de diciembre de 1897 (ed. vespertina), p. 1.
- Pylax [?]. «New Posters. Spanish Posters», The Poster Collector’s Circular (Londres), 1 de febrero de 1899, p. 25. Se reproducen los carteles de anís del mono (2), Sombras, Puchinel·lis i Hispania).
- Album trimestriel illustré des affiches & estampes nouvelles de La Plume (París), número 2, 1 de agosto de 1899, p. 57.
- Vease también Deschamps, Léon. «L’Affiche Espagnole», La Plume, (París), número 245, 1 julio 1899, p. 417-425. Se reproducen los carteles de anís del mono (2), Sombras, Puchinel·lis, M. Fuster, Boada y La Vida Literaria.
Santi Barjau