El hilo conductor de la cultura catalana se ha nutrido en numerosas ocasiones de los hitos alcanzados en distintas épocas por nuestros grandes creadores. Referentes que, con la solidez de su trayectoria, el concurso de su talento y el impulso de su ambición, logran que nuestra personalidad colectiva —aun carente todavía de instrumentos de Estado— se proyecte en todo el mundo.
Uno de estos referentes es Ramon Casas, pintor, dibujante, cartelista y una de las grandes figuras del Modernismo, uno de los momentos universales del arte catalán. Casas, que cultivaba con igual éxito el paisaje y el retrato, pronto se convertiría en el retratista más codiciado entre algunas élites. Su galería de retratos al carbón de personalidades del mundo de la cultura y la política refleja suficientemente su implicación en la sociedad de su tiempo. También sobresalió, como es bien conocido, en el cartelismo, mediante el cual realizó una destacada contribución no solo a la cultura catalana, sino también a su economía.
En el marco de la conmemoración del 150 aniversario de su nacimiento que representa el Año Casas, la exposición retrospectiva del artista organizada por el Museo del Modernismo de Barcelona constituye una excelente oportunidad para adentrarnos en su universo creativo. El del Casas intérprete de las costumbres, las modas y la atmósfera de su época; el del Casas cronista social; el del Casas paisajista y retratista. O el impulsor estético del ciclismo y el automovilismo como deportes que reflejaban el espíritu moderno…
El conjunto de la obra de Casas también es un reflejo de lo que somos y de lo que queremos ser, colectivamente, aún. Debemos agradecer a los museos, entidades y coleccionistas su buena disposición a que este magnífico compendio de la creatividad de uno de los mejores artistas de Cataluña merezca de nuevo nuestro reconocimiento, nuestra admiración. Por ello, les invito a visitar una muestra que, más allá del genio individual, refleja nuevamente las constantes que confluyen en la cultura catalana: calidad, ambición, tradición, modernidad, vocación de universalidad.
Santi Vila
Consejero de Cultura