Más allá de París, Ramon Casas visitó otras ciudades europeas. Este hecho de bien seguro le ofreció una visión más amplia de la avanzada Europa. Además presentó obra en exposiciones colectivas internacionales, como Berlín (1891 y 1896), Múnich (1901) −recibe una primera medalla con Garrote vil −, Venecia (1914) y Bruselas (1897 y 1928), entre otras.
En abril de 1891 Casas acompañado de Santiago Rusiñol y Miquel Utrillo, aprovechando que estaban de estancia en París, se acercaron a Ámsterdam donde estuvieron tres días. Será en octubre de 1900 después de otra estancia en París, cuando Casas marcha a Londres, una de las capitales europeas más destacables. En esta ocasión su compañero de viaje es Miquel Utrillo. El propósito era claro, profundizar en el conocimiento de la pintura inglesa que ha podido ver en la Exposición Universal de París de 1900. En la capital inglesa realizó una serie de visitas a puntos de interés de la ciudad, como el London Bridge, Trafalgar Square, Whitehall, muelle Victoria, la estación de Charing Cross y Saint James Park, entre otros lugares.
Entre mediados de junio y finales de julio de 1910, acompañado por los hermanos Deering, Charles y James, realizó un interesante viaje que le permitió conocer el centro de Europa. Visitan Sarajevo, Budapest, Viena, Múnich, Núremberg, Rotemburg, Belfort, Lyon y Arles. Un año más tarde, en julio de 1911, Casas viaja con Charles Deering a Holanda y en septiembre del mismo año estará por Italia.
Los nuevos horizontes de América
Gracias a la relación de amistad que le unió con Charles Deering, Ramon Casas viaja a los Estados Unidos. El panorama americano se le abría para mostrarle un abanico de posibilidades que podía plasmar en sus obras, resultado de una nueva cultura y gente diferente por conocer.
El viaje se inició a finales de octubre de 1908 cuando se embarca hacia Nueva York. La estancia tuvo una duración de seis meses que le permitió visitar Washington, Chicago –ciudad en la que había presentado obra en 1893 con motivo de la Exposición Universal de Chicago−, Colorado Springs, Pasadena, Los Ángeles y Miami. Desde esta última ciudad se traslada a Cuba donde estará hasta enero de 1909. Por un lado, quería pasar unos días con su amigo Enric Borràs que se encontraba allí en aquellos momentos. Por otro lado, quería conocer Matanzas, ciudad donde su padre había vivido cuando hizo fortuna como indiano. Durante la totalidad de la estancia, Casas realizó diversos dibujos al carboncillo y cerca de una docena de retratos al óleo.
Tendrán que pasar unos cuantos años, hasta 1923 para que Casas viajara de nuevo a los Estados Unidos. Las circunstancias habían cambiado, esta vez se desplaza a Miami para visitar a su amigo Deering que estaba enfermo del corazón –morirá un tiempo después, en febrero de 1927−. Al siguiente año, en la primavera de 1924 vuelve a Miami, pero acompañado de Júlia. El que será su último viaje a los Estados Unidos tuvo una duración de casi cuatro meses, desde mediados de marzo hasta finales de junio, visitan Chicago y Boston.
Ramon Casas también tuvo una puntual relación con América del sur, concretamente con Argentina. En 1901 realizó un cartel para participar en el concurso de Cigarrillos París, promocionado por el industrial Malagrida de origen catalán, que se celebró en Buenos Aires. Casas obtuvo un tercer premio. Poco después, en octubre de 1904 colaboró en una exposición de artistas catalanes en el Salón Witcomb de Buenos Aires.
Hasta aquí este recorrido por los viajes de Ramon Casas. Desde muy joven tuvo una dinámica viajera que fue constante a lo largo de su vida. Disfrutó del privilegio de viajar para formarse, para trabajar, para descubrir, para conocer, para reposar y para visitar a amigos, lejos de la necesidad obligada que tendrán otros artistas de exiliarse para poder ganarse la vida. Ramón Casas es el resultado de todos estos viajes por diferentes partes del mundo que le hicieron ser impulsador del Modernismo, juntamente con Santiago Rusiñol. Siempre haciendo un dibujo, una acuarela o un óleo que configura una crónica artística como álbumes de viajes de un artista con espíritu viajero.
Fàtima López