La obra de Ramon Casas se puede clasificar, enmarcar, dividir, catalogar y referenciar de múltiples formas. En este artículo se pretende reflexionar y mostrar un aspecto importante de su producción, cuando el pintor supera su dimensión de artista y se nos presenta como un cronista de calle; es decir, como si fuese un reportero más de un periódico que pretende ilustrarnos de lo que pasa diariamente. Un aspecto importantísimo a destacar del pintor es la labor que llevó a cabo al mostrarnos varios momentos históricos vistos desde sus propios ojos, así como también exponer la vida cotidiana de los personajes que le rodeaban. A finales del siglo xix, en un momento que la fotografía comenzaba a ser utilizada para ilustrar varios artículos y noticias, también Casas supo captar desde su pincel esta nueva forma de ver el mundo. Ramon Casas vive entre los años 1866 y 1932, una época en la que nuestro país vive una gran cantidad de cambios sociales. De esta forma, su propia vida y obra nos pueden ayudar a contextualizarlos para poder entender mejor esta sinergia.
EL COMERCIO CON AMÉRICA Y LA ESCLAVITUD (1866-1886)
Muchos catalanes de los siglos XVIII y XIX se embarcan a hacer las Américas para intentar alcanzar una vida mejor y una buena posición social. Los destinos de estos catalanes son variados por todo el continente, como por ejemplo, los Vidal-Quadras se instalan en Venezuela, los Serra-Chopitea en Chile, los Güell-Roig en la República Dominicana o los Goytisolo en Cuba. A medida que llegan las independencias, las localizaciones más habituales se acaban concentrando entre Cuba y Puerto Rico que se convierten en las últimas colonias americanas a finales del siglo XIX. Durante siglos los gobiernos de los países colonizadores europeos, como España, han permitido y aceptado el comercio de esclavos hacia los continentes africano y americano principalmente. De esta forma los europeos consiguen mano de obra para explotar sus plantaciones de caña de azúcar, cacao, tabaco, algodón, etc. y que una vez recolectado les permite comerciar con la metrópolis. No todos los recién llegados allí tienen esclavos en propiedad, pero de forma directa o indirecta tienen una cierta dependencia. En este contexto, entre las familias que deciden embarcar hacia América para dedicarse al comercio, casi siempre algún miembro permanecía en el país de origen para facilitar el negocio. La familia del pintor es un claro ejemplo de estas familias que quieren hacer las Américas, donde su destino es Cuba.
Esto sucede tanto en la rama paterna, los Casas, como en la materna, los Carbó. A lo largo del siglo XIX, distintos países europeos fueron prohibiendo la esclavitud. En Gran Bretaña se prohíbe en 1834; en Suecia, Dinamarca y Francia en 1848; en Holanda en 1863, en Portugal en 1869 y en Brasil se mantiene la esclavitud hasta el 1888. El caso más conocido es el de Estados Unidos, donde se abolió en 1865 después de la Guerra de Secesión. La derrota de los Estados Confederados de América (el Sur) frente a la Unión (el Norte) afecta a los miembros de la familia Carbó, en concreto a la rama Puig que se había instalado en Nueva Orleans, capital de la Louisiana. Magí Puig Ferrer, primo hermano de Elisa Carbó Ferrer (madre del pintor) y hermano de Isidro Puig Ferrer, gerente de la fábrica textil de Sant Benet de Bages, se alista en el bando confederado, donde llega al rango de capitán, para defender sus intereses en las plantaciones que explotaba con los esclavos de su propiedad. La derrota le supondría grandes pérdidas. En España se continúa permitiendo la esclavitud por intereses económicos, limitándola a Cuba y Puerto Rico, hasta el decreto del 7 de octubre de 1886.
Por tanto, Ramon Casas cuenta con veinte años cuando se elimina definitivamente la esclavitud en nuestro país. El año del nacimiento del pintor, 1866, coincide con la muerte sin descendencia de Francesc Carbó Rovira, hermano de su abuelo Pere y de su tío Miquel, que se había instalado en La Habana. Miquel Carbó, también indiano, al volver a Cataluña se casa con su sobrina Magdalena Carbó Ferrer. Gracias al poder notarial de fecha del 23 de marzo de 1866 sabemos que Miquel Carbó gestiona la herencia de su hermano, donde el tío de Casas apunta:
«(…) pueda vender pública y privadamente por el precio y pactos que tenga por convenientes cualquiera propiedades así rústicas como urbanas, establecimientos de comercio, tiendas, esclavos y demás perteneciente a los bienes (…) Para que pueda dar libertad a los esclavos pertenecientes a la herencia de que se trata (…)».
Miquel Carbó no verá el final de la esclavitud y muere el 20 de noviembre de 1885, casi un año antes de su prohibición. Los Casas también tenían intereses en Puerto Rico, dado que Aurora Massó Verdaguer, esposa de Joaquim Casas Carbó, era copropietaria de la hacienda Verdaguer en la población de Guayama con una extensa plantación de azúcar.
Jordi Sánchez i Ruiz